En el ámbito de la construcción la sostenibilidad se evalúa a nivel de edificio sin embargo se requieren los datos asociados a los productos de construcción en un formato armonizado para evaluar la construcción en su conjunto. Estos datos relacionados con el producto se basan en todo el ciclo de vida y cubren todos los impactos ambientales.
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) consiste en la recopilación y evaluación de las entradas, las salidas y los impactos ambientales potenciales de un sistema de productos durante todo su ciclo de vida. El ciclo de vida son las fases consecutivas e interrelacionadas en la vida del objeto considerado. Se miden los impactos ambientales de etapa de producto (suministro de materias primas, transporte y fabricación), proceso de construcción (transporte y construcción-instalación), etapa de uso (uso, mantenimiento, reparación, sustitución, rehabilitación, uso de energía y de agua en servicio) y etapa de fin de vida (deconstrucción, transporte, tratamiento de residuos y eliminación). En terminos técnicos se habla de un proceso de análisis “Cradle to Grave” en el caso de que al final de su vida útil el producto sea destruido, o “Cradle-to-Cradle” en el caso de que el producto sea reciclado.
Además de determinar los impactos y aspectos ambientales, esta evaluación permitirá al cliente tomar decisiones y seleccionar alternativas que ayuden a responder a los objetivos en materia de sostenibilidad de los edificios. En la actualidad, la metodología del ACV se utiliza como base sobre la que comparar, por ejemplo, la huella de CO2 de materiales, componentes y servicios.